CINETECA MADRID
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CAPÍTULO IV. AL PIE DE LA LETRA: ENTRE MÚSICA Y
PALABRA
En esta cuarta sesión del ciclo se exploran algunas fronteras o límites entre el sonido y el sentido. Tras atravesar este conjunto de audiciones, es muy probable que cualquier duda acerca de “¿dónde termina la voz hablada y dónde comienza la voz cantada?” quede, afortunadamente, sin resolver.
> Comisariado y presentado por: Miguel Álvarez-Fernández.
Las reflexiones pioneras en torno a la idea de escritura formuladas por José Luis Castillejo (1930-2014) —e iniciadas en el contexto del grupo Zaj— constituyen un perfecto lugar desde el que comenzar esta indagación, siquiera por la siempre imperiosa necesidad de “poner los puntos sobre las íes”. Efectivamente, la lectura realizada por el propio autor de El libro de las íes representa un ejemplo claro y radical de cómo la lengua (o, si se prefiere, el idioma) puede, una vez atomizado, devenir otra cosa.
En la obra del zaragozano Pedro Bericat (1955) encontramos otra muestra palmaria de una radicalidad artística —no será la última, en esa misma sesión de escucha— que se ha manifestado de las más diversas formas, incluyendo de manera destacada el sonido. Los sonidos de su Proyecto inmaterial, que funden y confunden la palabra con la interferencia radiofónica, surgen a partir de una intervención presentada en 1991 en la galería Trayecto de Vitoria, y publicada en una edición limitada de quinientas cintas de casete.
Si en los párrafos anteriores no se hubiera usado ya, reiteradamente, el adjetivo “radical”, El idioma transparente de Isidoro Valcárcel Medina (1937) merecería ese calificativo con tanta o más justificación que en las audiciones previas. Aquí ofrecemos una lectura del libro —igualmente transparente— que se mostró en la galería Seiquer de Madrid en 1970 y que, de nuevo, explora varios límites de nuestro idioma: “Si bien algunos grupos de letras incumplen ciertas reglas en su construcción, he procurado que nunca resultaran imposibles para la prosodia castellana”. De Valcárcel Medina también escucharemos, más adelante, un fragmento de las Conversaciones telefónicas, en las que de nuevo se radiografían —a través de otros dispositivos tecnológicos— los entresijos que revela el lenguaje cuando se entrega a su más inusitada oralidad.
Otras genealogías estéticas, bien diferentes de las anteriores, nos permiten viajar desde terrenos próximos al arte conceptual y la performance hacia ámbitos próximos a lo convencionalmente descrito como musical, en su dimensión más clara y virtuosamente electroacústica. El valenciano Ricardo Climent (1965) nos presenta, en The Last Castrati, sutiles manipulaciones tímbricas y texturales que se inspiran en las últimas grabaciones que realizó Alessandro Moreschi. Así se explora, según el autor, “la idea del castrato y de cómo sería la voz de una persona de nuestro tiempo, qué rasgos tendría, únicos y de registro, si existiera esa figura”.
Por su parte, la artista Concha García González (1966) propone, en su pieza Talking —presentada dentro del proyecto “Audio-MAD. 100 audio-artistas de Madrid”, organizado por Francisco López para CentroCentro en 2014—, una reflexión estética enfocada hacia las fronteras entre la fonética y la semántica, en este caso centrándose en la lengua inglesa, que aquí se multiplica en diferentes acentos y pronunciaciones.
Este último dominio, es decir, el que tradicionalmente asociamos a la idea de significado, desaparece —queda fulminado, más bien— en la ya clásica composición To-Ca-Ti-Co-Ta-Ca-Ta, de Carles Santos (1940-2017), donde un insólito virtuosismo vocal nos recuerda, por un lado, las tempranas expresiones de la poesía fonética que inauguraron los dadaístas a principios del pasado siglo, pero por otra parte nos remite a cierta comprensión —muy mediterránea— de un paradójico minimalismo barroco, dentro de la cual el cuerpo goza de un papel fundamental, al cuestionar la separación entre lo bucal y lo vocal.
La lengua es un trabajo editado en 1987 por su propio autor, el barcelonés Juan Crek (1956). Discretos ritmos de reminiscencias industriales, muy característicos del momento histórico en que la pieza fue creada, sostienen una misteriosa atmósfera que envuelve toda la composición —dentro de la cual las voces desempeñan un papel fundamental—, proyectándola hacia otros dominios, aún más oscuros.
El carácter mediterráneo de esta sección central de la sesión de escucha alcanza su culmen con la presentación de una pieza del Flatus Vocis Trío, formado por Bartolomé Ferrando, Fátima Miranda y Llorenç Barber. La obra titulada Manifiesto representa paradigmáticamente un género que sus autores denominaron “músicas habladas”, y en el que lo lingüísticamente inteligible se fusiona con lo delicadamente melódico —perfilado, en este caso, mediante diferentes técnicas de canto armónico—.
Si todo el caudal sonoro del Flatus Vocis Trío procede de la voz, sin ninguna forma de procesamiento electroacústico, la propuesta de Wade Matthews (1955) en la obra Se habla… pero no está permitido hablar se basa, principalmente, en sonidos generados electrónicamente, que en esta pieza se combinan con la grabación de una voz que enuncia las palabras del título. La composición, cuya forma musical parece ir construyéndose conforme avanza el discurso sonoro, integrando elementos en principio muy diferentes entre sí, es en este sentido claramente deudora de la enorme experiencia de Matthews como improvisador, así como de su concepción del ordenador como otro instrumento musical más.
Las antes mencionadas Conversaciones telefónicas de Isidoro Valcárcel Medina —obra cuyo cincuenta aniversario se conmemora en 2023— dan paso a la primera de las Conversaciones con el demiurgo compuestas por José Guillén (1964). En este fragmento inicial de la obra, titulado “Hablé primero”, ya están presentes los timbres del sintetizador y del theremín con los que se teje el resto de improvisaciones contenidas en este disco, editado en 2016.
Esas texturas se entremezclan con un ejemplo histórico —y pionero, en nuestro contexto cultural— de poesía permutatoria. Se trata de Bronwyn N, un poema de Juan Eduardo Cirlot (1916-1973) publicado originalmente en 1969, y editado en formato CD en 1996, con interpretaciones vocales de Javier Maderuelo y Bartomeu Jaume. La serie Bronwyn, formada por un total de dieciséis libros (que en realidad pueden entenderse como el despliegue de uno solo), está basada en el nombre de un personaje de la película de 1965 El señor de la guerra (dirigida por Franklin J. Schaffner).
Los caminos de la poesía experimental en España son tan diversos como increíblemente ricos, pese a que aún no hayan recibido el reconocimiento institucional que sin duda merecen. Entre las más probables causas para ello debe destacarse la ya mencionada radicalidad estética de algunos de estos poetas —una actitud que suele coincidir con posiciones igualmente insobornables en el dominio de la ética, así como en el de la política y, más ampliamente, en la vida—. Quizá las más altas cotas de insubordinación poética, en estos y en otros sentidos, las haya alcanzado Fernando Millán (1944), tal y como revela la escucha de trabajos como Los cantos rodados, Represión, La depresión en España y Son.
- Público recomendado:Para todos los públicos
- Duración:60 minutos
- Descansos:No
- Último día:17/05/2023
- Precio Entrada:3.5 €
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